En 1985, se adoptó la Convención de Viena para la Protección de la Capa de Ozono. Bajo el Protocolo de Montreal del Convenio, los gobiernos, los científicos y la industria se compromenten a trabajar juntos para eliminar el 99 por ciento de todas las sustancias que reducen la capa de ozono. Gracias este protocolo, la capa de ozono se está recuperando y se espera que vuelva a los valores anteriores a 1980 para mediados de siglo. Para respaldar el Protocolo, la Enmienda de Kigali, que entró en vigor en 2019, trabaja para reducir los hidrofluorocarbonos (HFC), los gases de efecto invernadero con un gran potencial de calentamiento climático y dañinos para el medio ambiente.
El Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, que se celebra el 16 de septiembre, celebra estos logros. Además, es una buena muestra de que las decisiones y acciones colectivas, guiadas por la ciencia, son la única forma de resolver las grandes crisis mundiales. En este año de la pandemia de COVID-19, que ha traído consigo tantas dificultades sociales y económicas, el mensaje de los tratados para salvar la capa de ozono de trabajar conjuntamente y en armonía por el bien común resuenan más que nunca y se convierte en un mensaje fundamental en estos días. El lema del día, “Ozono para la vida”, nos recuerda que el ozono no solo es crucial para la vida en la Tierra, sino que debemos continuar protegiendo la capa de ozono para las generaciones futuras.
En 1994, la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó el 16 de septiembre Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, en conmemoración de la fecha de la firma, en 1987, del Protocolo de Montreal sobre sustancias que dañan la capa de ozono.
Ratificación universal
El 16 de septiembre de 2009, la Convención de Viena y el Protocolo de Montreal se convirtieron en los primeros tratados de la historia de las Naciones Unidas en lograr la ratificación universal.
Enlace: https://www.un.org/es/observances/ozone-day